Efectos corpóreos, psicoemocionales y espirituales de la zanahoria.

 

 

A través de una observación minuciosa a lo largo del tiempo he podido constatar que la zanahoria es, efectivamente, un alimento excelente para la visión, pero visión en el sentido más amplio y profundo de la palabra. Es decir, la zanahoria mejora y optimiza nuestra cosmovisión, nuestra mirada sobre el mundo y sobre los demás, actuando saludablemente en los distintos planos de la realidad individual humana.

CUERPO: Los nutrientes, vitaminas, minerales, oligoelementos y biocatalizadores que contiene la zanahoria resultan particularmente afines al ojo humano. De hecho, cuando la zanahoria se corta en sección la forma resultante es un círculo análogo morfológicamente al ojo humano (Teoría de las Signaturas), tanto en el iris como en la pupila. Por tanto, los ojos tienden a verse beneficiados, así como sus funciones, cuando se ingiere regularmente zanahoria. Por otro lado, la zanahoria también proporciona fuerza y vitalidad a la columna vertebral (la parte comestible de esta raíz es recta y firme, y De lo que se come, se cría).


MENTE: La zanahoria, sobre todo por su color naranja, calma la mente, y lleva al individuo a una visión más sosegada de las cosas, más reposada, más apacible. Al mismo tiempo, permite una mirada más aguda, penetrante y nítida sobre la realidad, de manera que uno puede llegar a percibir detalles o pormenores (en un análisis, por ejemplo) que fácilmente podrían pasar inadvertidos a los demás. La zanahoria puede ser de gran ayuda, por consiguiente, para la miopía mental, es decir, para quienes no ven más allá de sus narices, para los hipermétropes (los que no se ven bien a sí mismos), para los astigmáticos (visión distorsionada o imprecisa de la realidad), para los que sufren de vista cansada, revitalizándola, o para quienes incluso tienen dificultad en ver lo que es evidente (No hay peor ciego que el que no quiere ver).

EMOCIONES: La zanahoria ayuda a (ver) tomar conciencia de las emociones no vividas o reprimidas, y ayuda también a sacarlas y a disiparlas, o a transmutarlas. Permite ver mejor nuestros propios sentimientos y comprenderlos, facilitando el proceso de depuración de los mismos, siempre que sea necesario.

ESPÍRITU: La zanahoria contribuye definitivamente a tener una visión holística del Universo (visión amorosa o superyoica), en contraposición a la visión fragmentada de la realidad (visión parcial o egoica). Así pues, una visión más global y amorosa implica una percepción más profunda de la realidad y un mayor potencial de entendimiento y comprensión de dicha realidad, es decir, tener mayor luz (sin luz no hay visión) y claridad sobre nosotros mismos y sobre nuestro mundo. Asimismo, nos ayuda a ser capaces de identificar aquello que no nos beneficia, a eliminarlo, así como a mantenernos alejados de esa ceguera social, a menudo contagiosa, que suele precipitar al ser humano a los abismos más profundos.

OBSERVACIÓN: Para que los efectos anteriormente descritos tengan lugar de la mejor manera posible es conveniente que las zanahorias sean ecológicas, se ingieran crudas, y, preferiblemente, sin cortar con cuchillos u otros utensilios.

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