Tomar conciencia quiere decir darse cuenta de algo que antes nos había pasado desapercibido, pero también significa revelar lo que hay en el inconsciente y hacerlo visible, es decir, llevarlo a la mente consciente.
Mediante esta técnica el consultante formula una pregunta cuya respuesta desconoce y desea saber. Puede tener que ver con un conflicto no resuelto, con una afección que padece, con el deseo de saber cómo sanar una herida del pasado, con alguna relación o sobre lo que necesitaría para alcanzar un objetivo en su vida, por ejemplo. En realidad, se podría formular cualquier tipo de pregunta cuya respuesta se ignore y uno desee conocer.
Es el propio consultante el que va eligiendo progresivamente, de entre el montón de pictogramas colocados bocabajo, y de forma aleatoria, los que irán conformando mediante imágenes, sus símbolos asociados y palabras, la respuesta a su pregunta inicial.
Mi labor consiste en ayudar al consultante a descodificar dichas cartas con esos símbolos asociados, y en dar un sentido general y coherente a la secuencia de pictogramas, de manera que éstos encajen entre sí y puedan ofrecer una respuesta precisa y útil.
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