"Pequeños" detalles en la alimentación que pueden arruinar tu salud



Hace unos años, acudió a mi consulta una mujer de mediana edad que había padecido de gases, dolor de estómago y acidez durante una gran parte de su vida. Un problema que le había colocado en situaciones muy incómodas y que no había logrado resolver aun buscando por diferentes caminos. Sin embargo, esta persona era muy curiosa y con una tendencia autodidacta, y el caso es que entresacando ideas de lo leído en algunos libros había conseguido eliminar la acidez y el dolor de estómago. Básicamente, mejorando su alimentación. Pero, aun así y todo, el problema de los gases persistía. Y fue ese motivo, precisamente, el que le condujo hasta mí.

Recuerdo perfectamente que, ya en la consulta, la referida me comentaba un tanto desconcertada su dificultad para entender en qué estaba fallando; teniendo en cuenta que:
  • comía alimentos integrales y ecológicos,
  • los combinaba correctamente,
  • los masticaba a conciencia,
  • los cocinaba con cariño y esmero,
  • los comía pausadamente y en un ambiente tranquilo.
Cuando le pedí que me contara con detalle lo que comía, la clave del misterio apareció ante mí de una forma clara y contundente. Bueno... yo le suelo poner vinagre de arroz a las ensaladas, pero es ecológico y de gran calidad, me explicaba.

Pero lo cierto es que no importa si el vinagre es de arroz, de vino o de manzana. Tampoco, si es de baja o de alta calidad. Hablamos de una sustancia fermentada, y si se añade a las comidas, hará que éstas fermenten. Y luego, esas fermentaciones, inevitablemente, producirán toxinas y gases. Y tú, sin embargo, pensabas que te estabas alimentando estupendamente...

Total, que cuando le recomendé que dejara de lado el vinagre, notó la mejoría de un día para otro. Y el problema, que venía arrastrando desde hacía años, terminó desapareciendo para siempre. Así de simple y de fácil.

Un claro ejemplo de cómo un detalle aparentemente insignificante en la alimentación puede llegar a generar, con el tiempo, una gran incomodidad. Y más a largo plazo, incluso, una gran repercusión en la salud.

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