Dignidad

 

A lo largo del tiempo, me he encontrado con mucha gente que ha sido objeto de abusos, humillaciones o maltratos de forma reiterada, ya fuera en el ámbito de la pareja, de la familia o del trabajo.

Por descontado que cualquiera de nosotros podría recibir un trato así de forma imprevista, puntualmente, sin que ello acarrease graves consecuencias. Pero cuando una persona abusa de ti, te humilla o te maltrata en repetidas ocasiones, uno también se convierte en corresponsable de esa situación. Máxime, si es adulto.

Por otro lado, también he podido comprobar que todos estos seres humanos que son abusados, humillados o maltratados sistemáticamente tienen, en mayor o menor medida, un denominador en común: la falta de autoestima. O dicho de otro modo: es raro, muy raro, realmente raro, encontrar a alguien con la autoestima alta que se deje abusar, humillar o maltratar por terceras personas. Pero raro, raro, raro.

Lo cierto es que la autoestima no es más que el amor dirigido a uno mismo. Y el amor no es más que dar lo mejor de uno mismo ante una determinada situación (o bien como una actitud ante la vida). Por eso, cuando un individuo trata de darse lo mejor de sí mismo... a sí mismo, en cada momento de su vida, entonces podríamos decir que tiene la autoestima alta... y que se ama.

A todo esto, si tienes la autoestima alta, también tendrás alto tu nivel de dignidad. ¿Y qué es la dignidad? Pues, básicamente, sentirse merecedor de algo. De algo positivo, de algo agradable, de algo saludable, por supuesto. Es por ello que podríamos concluir que la autoestima y la dignidad van siempre de la mano. Es decir, que si hay autoestima hay dignidad; y si ha dignidad, hay autoestima.

O sea, que si tienes dignidad no permitirías que alguien abusara de ti. Ni permitirías que te humillara. Ni permitirías que te maltratara. Menos aún, de una manera continuada. Bajo ningún concepto. Pero si te falta autoestima, y, por tanto, dignidad, será fácil que permitas que abusen de ti, que te humillen y que te maltraten. Es más: cuanto más baja sea tu autoestima, mayor será el abuso, la humillación o el maltrato.

Asimismo, esta falta de dignidad, y, por consiguiente, de autoestima, puede suceder de forma tanto individual como colectiva. Por ejemplo, puede afectar a un ser humano en particular...

...o, incluso, a la población de un país.

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