Los riñones y los miedos



Hace algunos años, tuve en mi consulta un caso particularmente interesante. Se trataba de una mujer con facilidad para crear arenillas y, de tarde en tarde, piedras en los riñones.

Me comentaba, muy perturbada, que se sentía de muy mal humor, cansada y con muchos miedos e inseguridades. Y, por otro lado, algunos signos delatores en su cuerpo ponían de relieve que el hígado también estaba sobrecargado.

No podía soportar ver a su pareja, que era masajista, interactuando con otras mujeres. Le ponía furiosa. Pero ella se tragaba esa ira. La reprimía ("tragándose la bilis"). Y la ira, como emoción, se acumula en el hígado.

Al sobrecargarse el hígado, éste le restaba energía a los riñones, cuya misión es filtrar las impurezas. Pero mi cliente no había aprendido a "filtrar" las "impurezas"... de su mente, es decir, los pensamientos negativos. Y eran esos pensamientos negativos los que le dominaban, los que le provocaban la ira y los que, a su vez, debilitaban los riñones.

"Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba", dice la ley.

En algunos momentos, esa combinación de pensamientos negativos (no "filtrados") y de intensa ira reprimida terminaba cristalizando... en forma de arenillas y de piedras (a menudo, compuestas por minerales, como el calcio, que adquieren forma de cristalitos).

El hígado, la ira.
Los riñones, el miedo.
Los riñones=órgano par=relaciones de pareja.

Asimismo, una dieta excesivamente rica en lácteos no ayudaba en nada a solucionar sus problemas. Además, los lácteos alimentan los miedos, la inmadurez y la dependencia.

Sin embargo, en ese intercambio de información que mantuve con mi cliente, ella terminó comprendiendo perfectamente el origen de sus síntomas. Entonces, le di algunas herramientas para que pudiera afrontar mejor esas situaciones que vivía con su pareja. Básicamente, aprendió a expresar de una forma asertiva sus emociones, es decir, sin avasallar a nadie y sin quedarse callada con el resquemor hirviéndole por dentro.

Si uno expresa con armonía, entonces se libera y suma (con el otro); pero si uno reprime con amargura, enferma y resta.

Por lo demás, una alimentación más natural y orientada a depurar el hígado y los riñones, terminó de redondear su proceso. Y en apenas tres semanas la mejoría ya era más que considerable.

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