Desde mi punto de vista, curar no es, solamente, eliminar los síntomas de una enfermedad. Es eliminarlos mediante la limpieza del organismo. Es quitarle a la infección las toxinas de las que se nutre.
Un buen ejemplo de una infección que, aun siendo molesta, no suele tener graves consecuencias es el resfriado común o la gripe. Y, en este caso, aplicaríamos este principio de limpiar primero para curar después. Os explico esquemáticamente cómo:
1) LAVATIVA (irrigación del colon). Un método tan antiguo en la medicina natural como eficaz. Se practicaba habitualmente en la mayoría de hospitales de la antigua URSS y también lo usaban muchas de nuestras abuelas. Se basa en el principio de que cualquier estado infeccioso implica un colon sucio, luego dicho estado infeccioso mejorará si el colon está limpio. Ah, y es mucho más eficaz si se utiliza infusión de tomillo que solamente agua.
2) CALDOS DEPURATIVOS. Predominantemente, elaborados con cebolla, apio y coles. Beber una buena cantidad (más de 2 litros) a lo largo del día. Conviene que estén calientes.
3) SUDAR. Este paso va ligado al número 2, y es esencial para poder eliminar toxinas. Lo podemos potenciar con baños calientes de agua con sal.
4) PLANTAS DEPURATIVAS. Para los pulmones (expectorantes, como el tomillo), para el hígado (coleréticas, como el cardo mariano) y para los riñones (diuréticas, como la ortiga o el diente de león). Todas estas infusiones también han de tomarse calientes.
5) DIETA. Mi recomendación sería no salirse de cremas de verduras (apio, puerros, cebolla, zanahoria, calabacín...) con patata (opcional), ya que es fundamental que lo que comamos no nos produzca mucosidad. Y esta opción no la produce en absoluto.
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