¿Por qué es tan importante sanar la relación con los padres?


La inmensa mayoría de personas vive a lo largo de sus vidas, o en etapas concretas de ellas, situaciones desagradables que tienden a repetirse (como en un bucle) y que causan dolor, sufrimiento, o bien limitaciones que alejan de la satisfacción, de la salud o del bienestar. Por ejemplo:

- Dificultades para poder tener una relación de pareja estable y duradera.
- Escasez económica a pesar de un gran esfuerzo y de mucho tiempo dedicado.
- Problemas de salud afrontados de distintas formas pero que no consiguen resolverse.
- Adicciones más o menos dañinas de las que uno no consigue librarse.
- Conflictos y enfrentamientos con otras personas que causan malestar y desgaste.

Pues bien, estas situaciones pueden tener mucho que ver con:

- Momentos perturbadores que vivió la madre durante el período de gestación o en el parto.
- El no haber dado de mamar a su bebé o no haberlo hecho el tiempo suficiente.
- Conflictos emocionales que fueron transferidos a su hijo de forma inconsciente (entre los 0 y los 7 años).

Además, el niño pequeño puede desarrollar heridas en su ser como consecuencia de otros episodios vividos tanto con la madre como con el padre. Heridas relacionadas con:

- Rechazo.
- Abandono.
- Humillación.
- Traición.
- Injusticia.

Todos estas vivencias quedan registradas en la mente inconsciente del niño como elementos perturbadores, dañinos o limitantes (traumas), y tenderán a condicionar su vida de adulto de manera desagradable o dolorosa. 

Desde luego, lo más habitual es que, quien más y quien menos, tenga heridas pendientes por sanar con los padres. Pero ojo: uno puede llevarse bien con sus padres, o incluso fenomenal, y tener ciertas heridas que le han dejado huella o que le han traumatizado. Pondré algunos ejemplos:

- Una madre que de forma sistemática tardaba en atender a su bebé cuando este lloraba en la cuna.
- Un padre que castigó a un hijo suyo por la acusación de un hermano sin comprobar dicha acusación.
- Una madre que evita el contacto físico con su hijo.
- Un padre que nunca reconoce los méritos de su hija.

Los métodos de sanación de la relación con los padres pueden ser muchos y variados. Si son eficaces permitirán una liberación de la carga emocional que implica el trauma, y, al mismo tiempo, la eliminación de la información dañina que alberga el inconsciente.

Como digo, me parece esencial que cualquier persona haga lo posible por sanar estas relaciones. Eso sería como lo más básico, como el punto de partida, los cimientos sobre los que asentar una vida mucho más armónica, sana y plena.

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