Cómo librarse de una tos "crónica"


Hoy, paso a compartir con vosotros algunas de mis conclusiones sobre este tema, confiando en que puedan resultar útiles.

Comúnmente, se entiende por enfermedad crónica aquella que se prolonga en el tiempo y que no puede curarse. Sin embargo, en el contexto de la medicina natural, no existen enfermedades crónicas sino hábitos que hacen una que una enfermedad se vuelva crónica; que no es lo mismo. Por consiguiente, si se corrigen dichos hábitos, la enfermedad desaparece.

Una tos crónica pone de manifiesto que en las vías respiratorias existe un exceso de mucosidad (toxinas envueltas en moco) que las irrita pero que no pueden ser eliminadas por el organismo; por eso, persisten:

1) Porque no se favorece (o se entorpece) dicha eliminación.
2) Porque es mayor el flujo de entrada de toxinas que el de salida.

Pero si ayudamos al cuerpo a crear un ambiente propicio para la eliminación, y, además, cortamos el flujo de entrada de nuevas toxinas, al final, éstas desaparecerán. Y, con ellas, la tos.

Además del tabaco, existen comestibles y alimentos que provocan mucosidad y que convendría aparcar, al menos mientras dure el proceso de depuración. Por ejemplo:

- Todos los comestibles refinados (sin excepción).
- Todos los lácteos.
- Las harinas.
- Los huevos.
- El aceite (en exceso).
- La avena.
- Alimentos o bebidas fríos.

Además, al cuerpo le vendrán fenomenal los caldos depurativos, las infusiones expectorantes calientes y la fruta ácida mezclada generosamente con jengibre.

Otras dos prácticas que pueden ayudar ENORMEMENTE a la curación son:

1) Las lavativas de tomillo.
2) Las saunas.

A nivel emocional, la tos crónica revela una situación irritante relacionada con la pareja, con una persona allegada, o bien con la que se comparte un territorio común (casa, edificio...). Esa irritación se vive interiormente, sin ser expresada, sin ser verbalizada, en silencio. Pero el inconsciente del individuo quisiera gritar ese malestar, de ahí que surja la tos (ruidosa), como una llamada de atención y como una forma de autoafirmación del yo.

A menudo, esa irritación de la que hablo va asociada a un exceso de autocrítica (y de crítica ajena) y a una falta de tolerancia.

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