¿Qué pasa cuando tomas fruta como postre?


El ser humano es un animal esencialmente frugívoro (comedor de frutas). Esto significa que la fruta es el mejor alimento que podemos comer, el más afín a nuestro organismo, el que mejor nos sienta, el que más depura nuestro cuerpo, el que más lo alcaliniza, el que más energía le aporta, el que más rápido se digiere, el que mayor capacidad curativa posee. Pero para que la fruta actúe de esta forma tan maravillosa es imprescindible que se coma sola, nunca acompañada de otros alimentos.

Todos los nutrientes que contiene una fruta madura pueden ser asimilados directamente por el organismo. Por consiguiente, la fruta no requiere de ninguna digestión. Sin embargo, prácticamente cualquier cosa que comas en una comida o en una cena sí que requerirá de un cierto tiempo de digestión. Por eso, si después de una comida o una cena tomas fruta, ésta se mezclará con los alimentos que haya en tu estómago, quedará allí retenida hasta que se digieran y en esa demora comenzará a fermentar.

La fermentación de la fruta provocará, a su vez, que fermenten los alimentos que hay en el estómago. Y esas fermentaciones acidificarán la sangre y generarán gases y toxinas. Unas toxinas que serán luego absorbidas en el intestino y que terminarán yendo a parar a las células.

Esto es lo que explica que mucha gente que toma la fruta como postre sienta molestias, flatulencias o hinchazón del vientre después de una comida.

La mejor forma de comer la fruta es siempre entre horas. Bien por la mañana, con el estómago vacío, o bien por la tarde, a modo de merienda.

Y para que siente perfectamente bien, conviene, además:

- pelarla (si su piel no se digiere),
- masticarla muy bien,
- comerla madura y de temporada,
- no mezclarla con otras frutas (a modo de macedonias).

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