Una señal clara de aprecio


Pienso que las palabras dicen mucho de una persona, claro que sí, aunque a veces esas mismas palabras pueden engañar, confundir, o, simplemente, prestarse a distintas interpretaciones. Sin embargo, lo que no deja lugar para la duda son los hechos. Los hechos hablan en nombre de las personas. Son elocuentes. 

Y si hablamos de hechos, uno de los que más cuenta, una de las señales más claras de aprecio que podemos expresar hacia otra persona, es el mostrar un interés sincero por su vida. Repito: mostrar un interés sincero por su vida. Ojo, que no estoy hablando de ser indiscreto, ni de querer saber demasiado, ni de ser morboso, ni cotilla. Nada que ver con eso. Hablo, simple y llanamente, de mostrar un interés sincero por la vida del otro. Un interés desde el corazón.

Cualquier persona a la que le importes de verdad, te invito a que lo observes (y a que saques tus propias conclusiones), mostrará un interés sincero y continuado por tu vida. Un interés por saber cómo estás, por saber cómo te sientes, por saber cómo te van las cosas, por saber si hay algo en tu vida que te causa malestar, dolor o sufrimiento. Por saber qué tal estás, por ejemplo, en un momento de cambios importantes en tu vida (un nuevo trabajo, una nueva pareja, dar a luz, mudarte a otra casa...). Porque cualquier persona que de verdad te aprecie, consciente o inconscientemente, tenderá a practicar la empatía (acercamiento) contigo. Y una de las formas más importantes, y eficaces, de crear empatía con los demás es, precisamente, mostrar un interés sincero por la vida del otro.

Cuando una persona verdaderamente te importa no te puede resultar ajeno ni quedar lejos lo que le ocurra en su vida: si le van bien o no en el trabajo, si hay algo en su salud que se resiente, si se está enfrentando a una situación difícil o dolorosa...

No importa si hace un día o diez años que has visto a una persona. La vida de un ser humano puede cambiar muy poco en diez años y cambiar enormemente en veinticuatro horas. Y como la mayoría de nosotros no somos adivinos, me parece que la mejor forma de saber, con certeza, cómo se siente una persona, es, preguntándole. Es decir, mostrando un interés sincero por su vida.

Un interés desde el corazón.

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