El poder de la imaginación


Lucía: Llevo ya dos años con este dolor en la rodilla y no se me va. Los médicos me han dicho que no pueden hacer nada más. Estoy desesperada... ¿Crees que podrías ayudarme?
Silvia: Puedo enseñarte algo que aprendí hace mucho tiempo. Una técnica que siempre me ha dado excelentes resultados.
Lucía: Cuéntame, por favor.
Silvia: Túmbate, cierra los ojos y relájate todo lo que puedas, pero sin llegar a dormirte.
Lucía: De acuerdo.
Silvia: Ahora imagina una situación que, en caso de darse, implicaría la curación de tu rodilla. Por ejemplo, imagínate hablando con tu novio, diciéndole algo como: "¿Te acuerdas cuando yo tenía esos dolores en la rodilla? Ahora me parece algo tan lejano...". Entonces él te contesta: "No te imaginas, preciosa, lo mucho que me alegra que tu rodilla esté ya perfectamente".
Lucía: Vale.
Silvia: Es fundamental que no veas esa escena en tu mente como quien ve una película. Debes imaginar que estás en ese momento y en ese lugar con tu novio, como si fuera ahora, y tratar de sentir lo que sentirías si esa escena estuviera sucediendo realmente. La diferencia entre SENTIRTE en acción, aquí y ahora, y visualizarte en acción, como si estuvieras en una pantalla de cine, es la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Lucía: Comprendo...
Silvia: Por lo demás, repite esa vivencia en tu imaginación hasta que llegues a un punto en que te parezca tan real como la vida misma. Porque al final, con el tiempo, así será: se volverá completamente real.

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