Toxinas y mucosidad


Para una persona cualquiera, puede resultar difícil imaginar la enorme cantidad de enfermedades, síndromes y alteraciones (físicas, mentales y emocionales) que van íntimamente ligados a un exceso de toxinas y de mucosidad en el organismo. La lista sería, prácticamente, inacabable. Desde un resfriado común, hasta un tumor maligno, pasando por vértigos, pitidos en los oídos, bronquitis crónica, fibromialgia, dolores de cabeza (o migrañas), inflamaciones, artrosis, osteoporosis, etc., etc.

Algunos de estos problemas pueden ser letales (como un tumor maligno), y otros provocar un gran sufrimiento, aun no siendo graves, como una migraña o un vértigo giratorio. Pero lo peor de todo es que pueden hacerse crónicos, con todo lo que eso supone, siendo que podrían evitarse cambiando ciertos hábitos.

Efectivamente, existen formas de alimentarse y estilos de vida que pueden llevarte a tener un padecimiento crónico que las pastillas o la cirugía no son capaces de corregir. Sin embargo, si tú tienes hábitos tóxicos en tu alimentación, o ingieres alimentos que generan mucosidad en tu cuerpo, puedes estar agravando y cronificando el problema sin saberlo, con todo lo que eso supone para ti.

En la medicina natural existe un principio cuya eficacia he podido comprobar cientos de veces, tanto en mí mismo como en los demás:

LIMPIAR, NUTRIR, REGENERAR.

Y fijémonos lo que va en primer lugar: LIMPIAR.

Limpiar significa dos cosas: sacar del cuerpo la porquería que le enferma y dejar de ensuciarlo. ¿Conocéis ese refrán que dice No es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia? Pues aquí se aplica exactamente igual.

Lo primero, como digo, es limpiar el cuerpo a través de las muchas prácticas y recursos que existen en medicina natural, y lo segundo conocer qué alimentos o comestibles lo ensucian.

Por ejemplo: si padeces una bronquitis te conviene saber que el tomar aceite, harinas (aunque sean integrales) o fruta pueden agravarla mucho, o hacer que se prolongue durante semanas, meses o años (crónica). Sin embargo, esa misma bronquitis podría curarse en menos de diez días desintoxicando tu cuerpo de la forma adecuada y cambiando ciertos hábitos en tu alimentación.

Y es que, a veces, la solución a un problema grave o aparatoso puede ser muy simple. Sólo hace falta tener la información adecuada sobre cómo resolverlo y la voluntad para ponerlo en práctica. Lo demás, es sólo cuestión de tiempo.

Comprobado.

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