¿Qué es un "molde cuántico"?

Para hacer una tarta con forma de corazón resulta muy útil disponer de un molde... en forma de corazón. 

Luego, podemos poner dentro de dicho molde diversos ingredientes. Y dependiendo de la técnica empleada y de nuestras habilidades culinarias los resultados podrán variar entre una masa amorfa, mal cocida y con sabor desagradable a una deliciosa tarta con forma de corazón.

Me doy cuenta de que todas las cosas que nos rodean, ya sean materiales, como objetos, edificios, vehículos... o inmateriales, como una amistad, una asociación o un momento de felicidad compartida poseen un denominador en común: todos fueron gestados en una matriz de pensamiento-emoción que yo denomino molde cuántico.

Ese molde cuántico que os comento es, por así decirlo, la fase que precede a la materialización de nuestros deseos, anhelos, proyectos o sueños. Una fase que se compone de un pensamiento (que da forma) y de una emoción (que genera movimiento, impulso).

A decir verdad, no todo lo que se manifiesta en nuestra realidad proviene de pensamientos conscientes. Es más, nuestro inconsciente alberga un potencial creador mucho mayor que nuestra mente consciente. Básicamente, porque nuestro inconsciente es mucho mayor que nuestro consciente. Digamos, por ser más precisos, que en una proporción similar a la parte oculta de un iceberg, la que está bajo el mar (8 novenos), frente a la parte que asoma flotando (1 noveno), la cual simbolizaría la parte consciente. De todos modos, no todo el mundo tiene el mismo grado de conciencia... Y eso también cuenta, porque cuanto más conscientes somos, tanto más artífices nos volvemos de nuestra realidad, y tanto más experimentamos la sensación de libertad (dejamos de ser marionetas de la vida).

A mi modo de ver, todas estas observaciones derivan en una conclusión: que somos, literalmente, dioses creadores de nuestro universo personal, de nuestra realidad particular. Y que todo lo que se manifiesta en esa realidad es el fruto amalgamado de nuestra mente creadora y de nuestras emociones, sentimientos e intenciones.

Y, llegados a este punto, puede surgir una lógica pregunta:

¿Cómo conseguir crear realidades que nos resulten agradables, placenteras, gratificantes y provechosas?

Para crear una realidad así bastan dos condiciones:

1) Visualizarla con claridad, con la mayor nitidez posible, y alimentarla (con tiempo y energía).
2) Que dicha imagen mental esté acompañada de una emoción intensa de naturaleza amorosa (cariño, comprensión, tolerancia, empatía, unión...), lo más alejada posible del miedo y del ego.

El punto número 2 es determinante en el proceso creativo, porque si de lo que hablamos es de gestar realidades amables y gratificantes, es necesario que nuestro molde cuántico sea lo más amoroso posible (Igual atrae a igual). 

Es lo que propiciará que, además de tener una apariencia hermosa, la tarta resulte deliciosa.

Comentarios