"La fragua".

Deseo empezar el año en Saliment compartiendo con vosotros/as este texto que acabo de escribir. Con mis mejores deseos.

Lo he titulado:



LA FRAGUA


Amaneció un día en el que un trozo de hierro dulce comenzó a ser golpeado, de forma incesante y contundentemente, por un recio martillo.

Transcurrió el tiempo y el trozo de hierro empezó a lamentarse amargamente. El pobre, desesperado y compungido por el dolor, no entendía nada de lo que estaba sucediendo: ni dónde se encontraba ni por qué le ocurría aquello.  

- No lo entiendo… no sé qué he hecho yo para merecer semejante castigo. Este maldito hombre no hace más que golpearme cruelmente con un martillo. Luego, cada poco rato, me introduce entre brasas candentes, en medio de un calor sofocante. Y después, cuando creo que todo ha acabado, vuelta a comenzar con el martillo… Y me duele mucho. No lo soporto. ¡No aguanto más! ¿Es que no va a terminar nunca este tormento?

Pero lo que el trozo de hierro no sabía era que se encontraba en una fragua, y que aquel ser con apariencia de hombre no era sino el mismísimo dios Vulcano encarnado en herrero, quien lo había elegido especialmente a él para convertirlo en el acero templado de su propia espada.

Una magnífica, hermosa y poderosa espada, sí, forjada con desacostumbrado amor por su artífice, la cual estaba llamada a ser la admiración y la envidia de todos los dioses, incluso del regio y majestuoso Júpiter.

Comentarios