Molinos de viento que producen agua

Cuando escuchamos un parte meteorológico se dice, por ejemplo, que hay una temperatura de 27 grados y una humedad del 90%. Esa humedad no es otra cosa que agua, en forma de gotitas microscópicas, eso sí.

Pues bien, la máquina que os presento hoy, de la empresa francesa Eole Water, inventada por Marc Parent, no es sino un molino de viento que, además de producir energía eléctrica (como cualquier otro aerogenerador), es capaz de condensar la humedad del aire y fabricar hasta 1000 litros (en 2013 estará disponible una capaz de producir 4500) de purísima agua por día (cerca de la costa; pero es que en una zona desértica podría producir hasta 230 litros por día). Todo ello sin trampa ni cartón. Simplemente, como digo, a partir de la humedad ambiental. De un modo muy similar a cómo lo hace un aparato de aire acondicionado.



Esto significa que una comunidad humana podría ser energéticamente independiente en, prácticamente, cualquier zona del planeta. O que cualquiera de vosotros (caso de ser factible) podría construirse una casa en el desierto de Almería con una piscina al lado. Desde luego, no sería por falta de agua.

Las aplicaciones prácticas de este sistema son múltiples, y, sobre todo, ecológicas. Porque aquí no estamos hablando de producir agua desalando el agua de mar, ni quemando combustibles fósiles, ni siquiera mediante un aparato que se conecte a la red eléctrica. Tampoco necesitamos un suministro de agua para depurar (grifo, río, fuente...). Estamos hablando de producir agua a partir del aire, literalmente, de un modo completamente ecológico, a partir de una máquina que se puede reciclar (sus componentes, una vez concluya su vida útil) y que apenas requiere mantenimiento (con el adecuado puede durar más de treinta años).

Cuántos adelantos, ¿eh? Y qué raro que estas maravillas no salgan en los telediarios de las nueve. Qué raro que el FMI no financie estos aparatos para colocarlos, masivamente, en zonas del planeta donde la gente se muere de sed. Además, pensemos que con una sola máquina de estas se podrían cultivar decenas (o cientos, mediante un sistema de goteo) de hectáreas de huerta, incluso en zonas desérticas o semidesérticas.

Cada día estoy más seguro de una cosa: que contamos con la tecnología para hacer de este un mundo perfectamente habitable, donde cada ser humano podría vivir en la abundancia, y en armonía con la Naturaleza. Pero a unos pocos desalmados no les interesa que esto sea así. Prefieren vivir bajo la ley del embudo (lo ancho para mí y lo estrecho para los demás).

Así y todo, también estoy muy convencido de otra cosa: que esos individuos, en los tiempos que corren, tienen los días contados.

Vamos, que pronto se les va a acabar el chollo.

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