"Ambivalencia" no es lo mismo que "contradicción".

A veces podemos oír comentarios como éste: Siempre he creído que Fulanito era una persona generosa, pero el otro día tuvo un gesto que me disgustó mucho y me di cuenta de que era un egoísta. O Pensaba que María era una persona muy educada, pero cuando alguien le toca la fibra sensible ya no lo es tanto, incluso puede volverse grosera. Es tan contradictoria...

Pues bien, para mí, en estos dos ejemplos, u otros miles similares que podría poner, no existe ninguna contradicción, ni ninguna incoherencia. Lo que existe es pura ambivalencia.

Los seres humanos no somos tan simples como una ameba. Somos, de hecho, muy complejos. Nuestra forma de ser no es unipolar. No es algo tan sencillo como eres egoísta o eres generoso, o eres maduro o eres inmaduro, o eres valiente o eres un cobarde...

Yo entiendo que somos una compleja mezcla de distintas facetas, aparentemente dispares (sólo aparentemente), que coexisten simultáneamente en nosotros, y que se manifiestan distintamente según las circunstancias de cada momento.

De este modo, en un mismo individuo, perfectamente, pueden convivir la generosidad con el egoísmo, el valor con el miedo, la madurez con la inmadurez. E insisto: no es ninguna contradicción. Es, simple y llanamente, la expresión de nuestra compleja idiosincrasia humana, de nuestras múltiples facetas manifestándose según la ocasión.

La vida nos lo demuestra a cada instante. Por ejemplo, hace poco que conoces a alguien, y te das cuenta de que esa persona se muestra muy confiada y segura de sí misma, pero de repente enferma y su seguridad se tambalea. Entonces concluyes que ya no es una persona segura de sí misma. Y digo yo, ¿por qué no puede ser las dos cosas a la vez? Es decir, no tiene por qué ser sólo blanco o sólo negro, o cien por cien segura o cien por cien insegura. Puede tener distintas proporciones de ambas facetas. Vamos, creo yo.

Como, por ejemplo, una persona con la que convives se muestra ante ti considerada y generosa la mayor parte del tiempo que compartís, pero cierto día descubres disgustado que te trata egoísta y desconsideradamente. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Qué es esa persona? Pues las dos cosas a la vez. En ciertos momentos se manifiesta una de las facetas de su dualidad y en otros momentos se manifiesta la otra. Por consiguiente, ¿dónde demonios está la contradicción?

Yo, desde luego, no la veo por ninguna parte.

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