Romero y tomillo

Al menos quienes vivimos en una zona mediterránea, descubrimos cuando salimos al campo que dos de las plantas que más abundan en él son el romero y el tomillo.

Un amigo mío, experto en plantas medicinales, definió el primero como el ginseng español. Y creo poder afirmar, a tenor de mi propia experiencia, que con muy buen criterio. De todos modos, yo no he descubierto nada nuevo. Otros se me adelantaron hace mucho tiempo. Hace más de dos mil años, por ejemplo, Hipócrates ya recomendaba el romero para los desórdenes del bazo y del hígado.

En uso interno, el romero es un potente bactericida; y empleado externamente (en decocción) es antiséptico, analgésico y cicatrizante. Asimismo, beneficia al sistema nervioso, tonificándolo, y al circulatorio, estimulándolo. De ahí que se le compare con el ginseng.

Las mujeres encontrarán en él un poderoso aliado para aliviar los síntomas desagradables que para algunas comporta la menstruación, haciéndola más fluida y evitando efectos colaterales como los dolores de cabeza, de estómago, la retención de líquidos y la irritabilidad.

Asimismo, podemos añadir sus virtudes aperitivas y digestivas, su riqueza en hierro (muy apropiado para evitar/superar la anemia), lo ideal que resulta para convalecientes o asténicos (proporcionándoles ánimo y fuerza) y la gran cantidad de antioxidantes que posee, por lo que se antoja un remedio excelente para alejar y combatir los síntomas del envejecimiento.

En cuanto a sus usos cosméticos, el cabello se ve fortalecido y regenerado si aplicamos sobre él una decocción o si lo friccionamos con aceite de romero.

Por otro lado, el romero tomado en infusión también nos ayudará a reforzar nuestra memoria y a mejorar nuestra concentración.

De la misma manera que la salvia es la planta por excelencia de las mujeres (pues su contenido en fitohormonas ayuda a equilibrar el sistema hormonal femenino), el romero es la de los hombres (también es rico en fitohormonas que regulan el sistema hormonal masculino).

Y en cuanto a sus efectos psicoemocionales, el romero es un gran potenciador del polo masculino, por lo que ayudará a todo tipo de personas (adolescentes, mujeres u hombres débiles de carácter) a potenciar su fuerza, su resistencia, su valor, su determinación, su asertividad y su dureza.

El tomillo es otra abundante y maravillosa planta mediterránea que utilizada externamente proporciona asepsia y un efecto bactericida. Si la usamos para hacer gargarismos, nos aliviará las afecciones bucales y el dolor de garganta. Y si la utilizamos como materia prima para una irrigación de colon (lavativa), nos ayudará a mantener nuestro intestino libre de elementos indeseables y, al mismo tiempo, regenerará nuestra flora intestinal.

En cuanto al uso interno, en forma de decocción, el tomillo es un potente antibiótico (sin los efectos secundarios adversos de los antibióticos sintéticos) y antiparasitario. También es una planta digestiva, antipútrida (combate las fermentaciones) y carminativa (ayuda a expulsar los gases). Y extraordinaria para limpiar y curar el sistema respiratorio (antiséptico, expectorante y mucolítico).

Igual que el romero, el tomillo también es muy rico en hierro, por lo que ayudará a quien padezca de anemia. Y también es emenagogo, por lo que ayudará a las mujeres con reglas dificultosas a combatir los efectos colaterales indeseados.

Tal como podéis imaginar el romero y el tomillo hacen muy buenas migas, por lo que refuerzan mutuamente sus efectos al crear sinergia. Así pues, será estupendo que los toméis juntos en forma de infusión caliente. Sobre todo, cuando llega el invierno. Y ya no sólo para curar sino para prevenir.

Desde luego, qué gran farmacia la que nos brinda la Madre Naturaleza.

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