"The Cove", por Louie Psihoyos.

Cualquier animal en el que penséis nace, vive y muere en armonía con la Naturaleza. Excepción: el ser humano.

Éste, impelido por su inconmensurable egocentrismo, cree ser superior al resto de criaturas. Lo argumenta explicando que posee un cerebro más desarrollado que las demás, una gran habilidad, un lenguaje complejo con el que puede expresar ideas y sentimientos, cultura, arte, y una ciencia y una tecnología que le permiten, incluso, llegar a otros planetas remotos y explorarlos. Y a todo ese paquete lo denomina civilización. Pero el ser humano, sin embargo, todavía no es capaz de producir energía, casas o vehículos sin contaminar, todavía no ha aprendido a vivir armónicamente con sus congéneres. ¿Es esto un signo de inteligencia y de civilización?

Es obvio que la Tierra sufre de cáncer. Y nosotros, La Humanidad, somos el tumor y la metástasis. Porque arrasamos por donde pasamos, nos multiplicamos incontroladamente, sin saber adónde nos dirigimos. Y en nuestro delirio colectivo ni siquiera nos damos cuenta de que podríamos extinguirnos cuando agotemos los recursos de la Madre Naturaleza.

En verdad siento que somos, literalmente, una peste, una plaga letal e implacable que no se detiene ante nada ni ante nadie. Somos tan mortíferos, que podemos llegar a asesinar en masa a seres sumamente inteligentes y sensibles, como los delfines (si los delfines tuvieran manos...).

A pesar de ello, no toda La Humanidad está infectada con el virus de la ignorancia (el peor de cuantos existen). Por fortuna, existen personas sensibles, y llenas de amor y de luz, que trabajan para hacer de este un mundo mejor ,y para sanar el daño que otros ya han hecho. Cada vez son más. Tal es el caso del equipo que ha realizado el filme que hoy os presento (algunos de ellos miembros de la Oceanic Preservation Society).

The Cove es un documental del 2009 que muestra la matanza de más de 23.000 delfines en una cala en Taiji, Wakayama (Japón). El filme fue dirigido por el antiguo fotógrafo de National Geographic Louis Psihoyos, y fue grabado secretamente durante 2007 empleando micrófonos submarinos y cámaras de alta definición camufladas como rocas.

Además de ser uno de los documentales más interesantes y emocionantes que he visto en mi vida, aporta valiosa información sobre la pesca de cetáceos en el mundo. Y en particular, sobre la mafiosa y abyecta política de Japón al respecto.

Os preguntaréis: ¿y por qué en Japón capturan a tantos delfines? Pues para venderlos a 150000$ cada uno a los acuarios y delfinarios de todo el mundo (como L'Oceanogràfic de Valencia), un negocio de lo más lucrativo. De ese modo, trabajarán como esclavos durante toda su vida, divirtiendo a las personas. O, aún peor, para asesinarlos y vender su carne (una parte la de la misma la regalan a comedores escolares a modo de propaganda). La cual, para más inri, contiene enormes cantidades de mercurio (la ingesta prolongada de pescado contaminado por mercurio produce la Enfermedad de Minamata).

En el momento de escribir este artículo podéis ver The Cove en los cines de estreno. O bien descargaros el documental en V. O. subtitulada en español en el vínculo que sigue:

Descargar THE COVE

Por cierto, los delfines poseen una anatomía facial que sugiere la idea de que siempre están sonriendo. Es, simplemente, la forma que tienen sus hocicos. Otra cosa es que sean felices.

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