Jugar a la lotería

Muchas personas siguen creyendo que la enfermedad es como una lotería: te puede tocar o no, sin que uno/a tenga nada que ver en ello. Sin embargo, esta visión de la realidad suele comportar ciertos aspectos concretos, como, por ejemplo, la idea de víctimas y de culpables, pero no el concepto de responsabilidad individual. A fin de cuentas, es mucho más cómodo pensar que si enfermamos es debido a un contagio, a una corriente fría de aire, a la genética, o bien a factores, cualesquiera, que escapen a nuestro control.

Como suelo decir habitualmente, la casualidad no existe. Existe la causalidad. Es decir, que todo tiene un porqué, una causa, una razón de ser. Y el que una persona enferme no tiene nada que ver con el azar. Ilustraré mi postura con un ejemplo: imaginemos a un tal Fulanito, de 35 años, una persona normal y corriente con unos hábitos de vida normales y corrientes, a saber:

- consume comestibles a diario (productos como aceites refinados, o azúcar, arroz y pan blancos; de vez en cuando, bollería industrial; también añade chocolate instantáneo a la leche),
- toma regularmente lácteos (ningún mamífero del planeta toma lácteos después del período de lactancia) que provienen de vacas criadas industrialmente,
- también toma carne de granjas industriales y pescado de piscifactorías (alimentado con despojos, hormonas y sustancias sintéticas),
- las frutas y las verduras que consume no son ecológicas (por lo que han sido cultivadas con fertilizantes químicos, hormonas, pesticidas, y, a veces, maduradas de forma artificial),
- mastica poco la comida,
- muchas veces se mete en la cama sin haber digerido la cena,
- bebe agua mineral de la más barata y cocina con agua del grifo,
- asimismo, ingiere bebidas refrescantes y alcohol de vez en cuando (vino o cerveza en el día a día y algunos cubatas el fin de semana);
- utiliza a menudo el microondas,
- cocina con placas vitrocerámicas,
- se ducha todos los días pero jamás sigue algún programa de limpieza interna, como saunas, hidroterapia del colon o ayunos (también podrían servir los semiayunos de un día a la semana);
- toma un par de cafés al día,
- ya no fuma, pero frecuenta durante horas lugares saturados de humo;
- todos los productos de cosmética e higiene personal que utiliza son sintéticos,
- también una buena parte de la ropa que viste está confeccionada con fibras sintéticas (poliéster, poliamida, lycra),
- suele dormir menos horas de las que necesita su cuerpo para descansar,
- la casa donde vive no se ventila convenientemente todos los días (para renovar el aire y mantener en él una tasa suficiente de oxígeno),
- toma medicamentos para tratar afecciones comunes (resfriados, tos, dolores de cabeza o de espalda, algún antiobiótico de vez en cuando, alguna vacuna, etc.),
- habla por el teléfono móvil una media de 40-60 minutos al día sin tomar ninguna medida para evitar los efectos de la radiación del mismo, la cual se suma la la que emite el teléfono inalámbrico de su casa (tecnología DECT);
- tiene un trabajo que le causa estrés de forma sistemática,
- no es frecuente que entre en contacto directo con la naturaleza, ni con sus cuatro elementos (agua y aire puros, pisar tierra descalzo y tomar el sol de forma adecuada);
- el cabezal de su cama está orientado al sur (la peor orientación posible),
- sus relaciones de pareja están marcadas por la mutua dependencia,
- a menudo reprime sus ganas de hacer cosas que le encantaría hacer, pero que termina no permitiéndose por inseguridad;
- nunca se ha ocupado de seguir un plan o estrategia de crecimiento personal, por lo que a menudo es dominado por las preocupaciones, el miedo o las tensiones con algunas personas de su entorno.

Con todo ello, ¿podríamos imaginar que Fulanito no padeciera, como mínimo, algún tipo de achaque o afección? ¿Cabría esperar que desarrollase alguna clase de enfermedad grave con el paso de los años?

De hecho, ¿conocéis a muchas personas de más de 40 años que disfruten de una excelente salud, gran vitalidad y muchas ganas de vivir? ¿O, más bien, es lo raro?

¿De veras se puede esperar llevar una alimentación, unos hábitos de vida y una actitud insalubres durante años y años y mantenerse, a la postre, al margen de la enfermedad?

Que cada cual saque sus propias conclusiones.

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