Confirmo la experiencia con el agua magnetizada del doctor Felicísimo Ramos.

El doctor Felicísimo Ramos Fernández, catedrático emérito de la Universidad de Alcalá de Henares y doctor en Ciencias Físicas y Químicas, afirma en su obra El agua magnetizada (Ed. Mandala) que el agua magnetizada es eficaz en el tratamiento de las siguientes afecciones:

abscesos, acidez, acné, afta, alergias, amenorrea, anorexia, artritis, asma, bocio, bronquitis, calambres, cálculo biliar, cálculo renal, cáncer, caspa, cataratas, catarro, ciática, cólicos, colitis, conjuntivitis, convulsiones, debilidad muscular, diabetes, diarrea, dificultades urinarias, dificultades de corazón, disentería, dismenorrea, dispepsia, disuria, diviesos, dolor (de cabeza, espalda, muelas, rodillas, etc.), eczemas, encías, enuresis, escaldaduras, espondilitis, espondilosis, estreñimiento, fiebre, fístula, fisura, flatulencia, fracturas, golpes, gonorrea, gota, hemorroides, hepatitis, heridas, hernia, herpes, hidrocele, hipertensión, inflamaciones, insomnio, ictericia, leucoderma, leucorrea, lumbago, malaria, migraña, nefritis, nerviosismo, neumonía, neuralgia, neuritis, obesidad, palpitaciones, paperas, parálisis, pérdida de memoria, picaduras, piorrea, polio, pólipos, presión arterial alta, problemas de vista, prostatitis, psoriasis, quemaduras, raquitismo, reumatismo, rubeola, sarampión, sífilis, sinusitis, tifus, tiña, torceduras, tracoma, trastornos biliares, tuberculosis, tumores de mama, tumores de útero, úlcera, urticaria, varicela, vegetaciones, vértigo, vómitos, etcétera. Además, mejora la circulación, rebaja el índice de colesterol y potencia el sistema inmune.

Por otro lado, como todos sabéis, el agua lleva a cabo en el organismo dos misiones fundamentales: transporta los elementos nutritivos y drena los desechos orgánicos; para lo cual necesita disolver las sustancias y luego arrastrarlas. Pues bien, cada una de esas misiones se mejora -según el doctor Felicísimo Ramos- si el agua es magnética ya que ésta es diurética, ligera, asimilable y no tiene el inconveniente de formar microcristales nefastos para el organismo; además, por su acción los conductos excretores se dilatan ampliamente y dejan pasar los desechos movilizados. Es decir, el agua magnética drena el organismo y regula todos los sistemas del cuerpo: circulatorio, nervioso, locomotor, digestivo, respiratorio, excretor, reproductor y endocrino. Asimismo, favorece las funciones vitales en varios aspectos importantes:

- Colabora eficazmente en el proceso digestivo evitando los trastornos causados por el insuficiente poder solvente del agua común. Al disolver mejor el agua magnética las sales de los alimentos se asimilan mejor los nutrientes y se evitan el estreñimiento y la diarrea.
- Contribuye a expulsar eficazmente los gases que provocan la hinchazón del abdomen.
- Penetra más profundamente en la piel y tarda más en secarse con lo que la piel queda hidratada y suave más tiempo. Y al limpiar los poros en profundidad hace que cualquier crema que empleemos sea mejor absorbida potenciando su acción protectora.
- Aumenta la solubilidad de las sales. Por eso suministrándola regularmente a quienes tienen cálculos en el riñón y en la vesícula consigue -en un gran porcentaje- eliminar cálculos renales y biliares y se reduce la posibilidad de producir más.
- Los diabéticos que consumen agua magnética consiguen que se eleven notablemente las funciones pancreáticas con la posibilidad de disminuir la medicación.
- Regula la circulación sanguínea al disminuir la viscosidad de la sangre.
- Elimina la fatiga y ayuda a conservar el buen estado de salud.
- Puede usarse para la sequedad y el dolor de ojos, los eczemas y para la limpieza de la boca en los casos de halitosis y de úlceras en las mucosas.
- Tiene acción bactericida que se pone de manifiesto en la cicatrización de pequeñas heridas y arañazos cutáneos.

Hasta aquí algunas de las propiedades descritas por el Dr. Ramos. Sólo que además de los enunciados, el médico francés Louis Donnet destaca otros efectos terapéuticos. Según asevera, el agua magnética:

- Regula de forma progresiva y duradera la presión arterial, actúa sobre el tono y la elasticidad de los pulmones y el estómago y tiene un efecto beneficioso sobre las variaciones en el sistema hormonal.
- Logra que los índices de colesterol y de urea vuelvan con frecuencia a sus valores normales.
- Ayuda a hacer desaparecer la celulitis, fluidifica la sangre, mejora la circulación y conserva la elasticidad de los vasos sanguíneos. Así, previene la trombosis y la tensión sanguínea elevada.
- Aumenta los movimientos peristálticos del intestino por el efecto que el agua magnética produce sobre la bilis. Los efectos terapéuticos son notables en problemas digestivos como náuseas, vómitos, hinchazón de vientre, flatulencia, estreñimiento, etc.
- Vuelve blanda e indolora la región vesicular. En las heces se detecta la evacuación de pequeños cálculos biliares y en 2 o 3 meses desaparecen en su mayor parte los cálculos úricos.
- Mejora la piel haciéndola más suave. Ablanda y elimina las durezas y mejora las dermatosis. Las uñas y cabellos mejoran de aspecto y de brillo.

Ahí, queda eso.

En lo que a mí respecta, doy fe de de que estas experiencias son ciertas, pues a lo largo de casi veinte años he podido constatar muchos de los efectos del agua magnetizada que el doctor Ramos comenta en su obra. Ya fuere sobre mí mismo o sobre otras personas que la han bebido.

Para más información sobre cómo magnetizar el agua, os remito a este artículo mío.

Por supuesto, lo ideal sería utilizar como materia prima un agua de calidad.

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