"Lorenzo's Oil: el aceite de la vida"

Un chiquillo de tres años comienza a padecer una enfermedad neurológica degenerativa para la que no existe cura conocida. La criatura, que había aprendido a caminar y a hablar, queda postrada en la cama sin que ningún médico pueda hacer nada por ella.

Así y todo, los padres, unos emigrantes italianos afincados en Estados Unidos, no se conforman con cruzarse de brazos, y sin haber estudiado ninguno de los dos la carrera de Medicina, deciden aprender Neurología de forma autodidacta para tratar de encontrar un posible remedio.

Esta maravillosa película del año noventa y dos, protagonizada por los geniales Nick Nolte y Susan Sarandon (acaso las mejores interpretaciones de su carrera profesional), basándose en hechos reales, nos cuenta la sobrecogedora historia de este osado matrimonio y de los intrincados vericuetos que han de recorrer en la búsqueda (a todas luces, infatigable) de una solución para el tremendo desafío que les plantea la vida.

En mi opinión, un largometraje de alta calidad, y del todo fascinante, donde se pone de manifiesto el alcance de la voluntad y el tesón humanos. Máxime, cuando es el amor más puro, como lo es en este caso, el que los impele.

Dudo que una película de semejante envergadura y redondez pueda dejar indiferente a alguien. A mí, al menos, me resultó muy emocionante. Así que preparad pañuelos... Eso sin contar las interesantes conclusiones a las que se puede llegar tras su visionado. Y aunque el trasfondo del argumento es dramático, no está exento de esa belleza rutilante, rica y siempre sorprendente que a veces surge, cuando menos lo esperamos, del corazón humano.

Buen provecho.

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