Mijo y quinoa

A la hora de alimentarse de forma saludable hay que tener en cuenta que las frutas y las verduras crudas (en forma de ensalada) deben ser una parte esencial en la dieta cotidiana. Y junto con éstas, por supuesto, los cereales integrales.

A los típicos arroz, trigo y maíz que se suelen consumir habitualmente se les suman mis dos cereales preferidos: el mijo y la quinoa.

El mijo es uno de los cereales más antiguos del mundo. Por lo visto, procede del centro de África, desde donde se cultiva desde tiempos muy remotos. Es un cereal de grano pequeño, ocre y redondo que cuece en unos 15 minutos (2 partes de agua por 1 de mijo). Muy rico en hierro (excelente para la anemia) y calcio. Aunque el mijo es también conocido por sus propiedades para fortalecer el cabello, las uñas y la piel.



La quinoa, por su parte, es un cereal aún más pequeño que el mijo y de color blanquecino. Un grano de origen boliviano y de alto valor biológico, pues contiene todos los aminoácidos esenciales que necesita una persona (y que el organismo no puede sintetizar por sí mismo). Rica, también, en vitaminas del grupo B, C, E, ácido fólico, calcio, magnesio, fósforo, hierro. Excelente para la piel y el cabello. Se cuece con 2 medidas de agua por 1 de quinoa.



Si os preguntáis con qué cocinarlos, la respuesta es muy fácil: tomad como referencia el arroz. ¿Qué platos se pueden preparar con arroz? Pues desde una veraniega ensalada de arroz hasta una paella, por ejemplo. Pues lo mismo con el mijo y con la quinoa. Lo único que cambia es el tiempo de cocción y la cantidad de agua.

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